ESPAÑOL

Quién soy, en mis propias palabras

Mis padres me dieron el nombre de Abraham, y aunque me identifiqué con este nombre, con el paso de los años suena cada vez más lejos de mi propio centro. ¿Te ha pasado lo mismo con tu nombre? Nombrar es un acto de voluntad, un acto de creación. La palabra como acto de manifestación. Es vibración. Es verdad. Resuena en mí, resuena en ti. Crea o destruye la posibilidad de un nosotros. 

Nombramos lo desconocido para hacerlo propio, para significarlo como parte de nuestra historia, para presentarlo con vida ante la propia vida.

Mi nombre no es tan importante como el trabajo que realizo. Si he de llamarme de alguna forma, decidí hace más de diez años llamarme PresenciaMomento, sin apellidos, para recordarme que el único pasado que me representa es el instante que acaba de ocurrir tras estas letras que vas leyendo. Gracias por tu tiempo.

PresenciaMomento está en contra de la inmediatez. En contra de la ansiedad por el futuro que perturba la única verdad: el instante. También en contra de la emoción vacía que busca llenar el presente con distracciones. Esto es PresenciaMomento. El legado que dejaré con mi trabajo se desvanece en el acto de ofrendar un humo aromático. Estoy ahí contigo, y gracias a ti existo.

PresenciaMomento no es solo estar presente, sino desaparecer en una gratitud que abraza tu verdad como si fuera mía, al menos por un momento. Es una emoción que no cabe en el cuerpo y que se entrega a la tierra para mostrarse desnuda ante el mundo. No es una práctica de bienestar; es un bienestar que quiere abrazar y llorarle a la tierra por todo lo que existe.

Mi padre es el fuego, el humo y el carbón. Mi madre es el agua, las especias, las maderas, las resinas, las hojas, las raíces, las frutas: LA MADRE TIERRA. Mi hermano es el viento, que me impulsa y me refresca. La práctica del incienso es mi corazón. Es para lo que vivo y lo último que deseo hacer cuando deje esta vida de carne humana.

Y sí, como humano tengo una ambición muy clara: hacer de la práctica del incienso un estudio del propio ser humano. Si he de ser recordado por algo, que sea por mi trabajo sobre la voluntad. PresenciaMomento es un acto de valentía. Un arrebato alegre. Una meditación aromática que quiero ofrecerte para que la experimentes con todos tus sentidos. Un acercamiento a ti, a través de mí, mediante la comunión con los elementos.

ENGLISH

Who I Am, In My Own Words

My parents gave me the name Abraham, and while I’ve identified with that name, over the years it has begun to sound more and more distant from my true center. Has the same ever happened to you with your name? Naming is an act of will, an act of creation. Words are acts of manifestation. They are vibration. They are truth. They resonate in me, they resonate in you. They create or destroy the possibility of a “we.”

We name the unknown to make it ours, to give it meaning as part of our story, to present it with life before life itself.

My name is not as important as the work I do. If I must be called something, I decided over ten years ago to call myself PresenciaMomento—without a last name—to remind myself that the only past that truly represents me is the moment that just passed through the letters you are now reading. Thank you for your time.

PresenciaMomento is against immediacy. Against the anxiety for the future that disturbs the only truth: the present moment. Also against the empty emotion that seeks to fill the now with distractions. That is what PresenciaMomento is. The legacy I will leave through my work vanishes in the act of offering aromatic smoke. I am there with you, and thanks to you, I exist.

PresenciaMomento is not just about being present, but about disappearing into a gratitude that embraces your truth as if it were mine—at least for a moment. It is an emotion too big for the body, offered to the Earth to reveal itself naked before the world. It is not a wellness practice; it is a wellness that wants to embrace and weep for the Earth, for all that exists.

My father is fire, smoke, and charcoal. My mother is water, the spices, the woods, the resins, the leaves, the roots, the fruits: MOTHER EARTH. My brother is the wind, who drives and refreshes me. The practice of incense is my heart. It is what I live for, and the last thing I wish to do before I leave this human flesh.

And yes, as a human, I do have a very clear ambition: to make the practice of incense a study of the human being itself. If I am to be remembered for anything, let it be for my work with will. PresenciaMomento is an act of courage. A joyful outburst. An aromatic meditation I want to offer you to experience with all your senses. A reaching toward you, through me, in communion with the elements.